Detrás de las rejas.

Su vida transcurre en la cárcel. Los años pasan , el sigue siendo el mismo....

Robledo Puch, preso en el penal de Sierra Chica, tuvo que ver su vida pasar encerrado entre cuatro paredes. En reiteradas ocasiones y, sacando provecho de su popularidad, habló con los medios afirmando ser inocente. En 1995 afirmó: Nunca asesiné a nadie, fue una confabulación que alguien armó, yo no maté a nadie, ni tampoco nunca manejé un arma. Fue una farsa, la sentencia para declararme culpable ya estaba firmada antes de empezar el juicio”.

En el 2002 lo trasladaron a la Unidad Penal Melchor Romero para someterlo a estudios psiquiátricos. Luego de 9 años volvió a verse con su padre y se lo notó muy emocionado. El encuentro duró dos horas y fue vital para el preso ya que hubo palabras, gestos, miradas y hasta lágrimas. Un instante nunca antes visto, el confesó que quería salir para verse con el padre porque era su única expectativa. 

Madre de Robledo Puch.
Su mamá, sin embargo, había muerto años atrás. Ella lo visitaba, se mandaban cartas y hablaban por teléfono.“Me arreglaría con el padre para hacerlo feliz, por el nene soy capaz de cualquier cosa” aseguraba Aída Habendank en 1989. “Es mi nene”, repetía.

Años más tarde, en el 2008, llevaba 36 años, 8 meses y 29 días en la cárcel. Un ser oscuro, tenebroso y macabro que continuaba siendo un peligro para la sociedad por sus problemas de conducta y el gran desinterés que demostró en el estudio y el trabajo  durante más de tres décadas. 

“El máximo asesino presenta actitudes desidiosas y con falta de iniciativa”, explicaban las fuentes judiciales. Según los informes penitenciarios sufrió 20 sanciones en prisión y algunas, muy graves.



El gabinete de Admisión y Seguimiento de los detenidos señaló que no internalizó adecuadamente los límites, que mantiene procesos psicóticos y carece de vínculos afectivos. Igualmente, “El Chacal”  solicitó su excarcelación cuando se enteró que la Justicia había concedido la prisión domiciliaria  al odontólogo Ricardo Barreda, quien había asesinado a su esposa, su suegra y a sus dos hijas. “Las armas que secuestraron en al casa de mi abuela fueron plantadas por la policía", expresó Puch convencido y explicó que los que andaban armados eran Héctor Somoza y Jorge Ibáñez con quienes eventualmente efectuó algún robo.

“Tengo derecho a la libertad porque mi condena se cumplió el 12 de julio”, señaló El Ángel de la Muerte, ya que según dicta la Ley, la reclusión por tiempo indeterminado sólo se debe aplicar en caso de que el acusado tuviera cuatro condenas anteriores y el era primario no reincidente.
“El juez se confundió al  rechazarme la excarcelación. Además, ordenó que profundizara el tratamiento psiquiátrico. Todo muy pomposo pero acá en la cárcel nunca me hicieron contención psicológica. Entonces comprendí que debo buscarme una novia. Una mujer que pueda contenerme por 72 horas para tener una salida transitoria”, afirmó seguro.

En el año 2013 expresó fuertes palabras: “la sociedad puede descansar en paz, todos pueden dormir tranquilos de noche. Yo estoy preso y por ahora no me puedo escapar”. Y, sin dudar, el lunático asesino agregó: “si me dejaran salir en libertad, iría a recorrer el país en una Guzzi 900, bicilíndrica.”

“Ver que otros podían comprarse cosas y yo no me llevó a delinquir”, confesó el asesino que jamás mostró arrepentimiento de sus actos.







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